
Aunque
entregamos el trabajo a tiempo, posteriormente me cuestioné la calidad del
trabajo y el proceso de participación. ¿Cómo era posible que todos hiciéramos
la misma actividad a la vez y que no hubiésemos discutido las conclusiones en
conjunto? ¿Dónde quedó el proceso creativo? ¿Qué pasó con los posibles aportes
de los talentos individuales? ¿Realmente el resultado final era lo mejor que
podíamos hacer?
Esta experiencia
me recuerda que a veces actuamos de manera automática y no en función de generar
un resultado extraordinario. Muchas veces se cree que trabajar juntos es lo
mismo que trabajar en equipo, incluso se cree que si todos hacemos la misma
actividad juntos estamos trabajando en equipo. Sin embargo, esta concepción no
es correcta, genera altos niveles de ineficiencia y frustración en los equipos.
Trabajar en
equipo consiste en que cada individuo realiza una contribución desde sus
talentos a un objetivo común, generando un mejor resultado que la simple suma
de las partes. Ante todo, esto implica que el equipo tiene objetivos en común,
claros y compartidos. En función de estos objetivos se establecen las
actividades y los talentos necesarios.
La clave de
éxito para trabajar en equipo radica en el respeto a la diversidad, ya que
cuando tenemos talentos diferentes se pueden concebir contribuciones asombrosas
en las diversas actividades necesarias, generando las sinergias necesarias para
formar un círculo virtuoso de generación de valor.
En este sentido,
es fundamental aclarar que el trabajo en equipo no es un fin en sí mismo, sino
un medio para alcanzar una meta y los objetivos planteados.
¿Tu equipo está
trabajando junto o en equipo?
Por Ing. Priscila Villanueva