En estos días escuchamos mucho que se requieren nuevos líderes y que estos nuevos tiempos exigen formar una nueva generación de líderes. Pero, ¿Qué es ser líder? ¿Cuándo se es un gran líder? ¿Es lo mismo ser gerente, director o coordinador que ser líder? ¿Un médico puede ser un líder? ¿Un músico puede ser líder? ¿Cuándo una empresa es líder? ¿Una empresa líder es la que tiene la mayor participación de mercado o es la empresa pequeña que logra ser referencia por sus resultados extraordinarios?
Ciertamente alrededor del liderazgo hay muchas preguntas que nos hacen reflexionar acerca de nuestro propósito de vida y nuestro compromiso con la construcción de una mejor sociedad. Bajo este contexto, cuando nos referimos a liderazgo no nos referimos a los cargos jerárquicos de una organización o al volumen de ventas de una empresa sino a la capacidad de influir en otros para obtener resultados sorprendentes. Cualquier persona puede ser líder, tan sólo debe tomar la decisión de serlo. Independientemente del contexto del ambiente, cada uno tiene la capacidad de reaccionar y tomar decisiones para cambiar la percepción de las circunstancias y en consecuencia cambiar el entorno.
El primer paso que se debe dar, antes de influir en otros y pretender cambiar el entorno, es el autoconocimiento y el autocontrol para auto-dirigirse. Para desarrollar habilidades y competencias de liderazgo se pueden adquirir herramientas para conocer mejor las fortalezas y oportunidades de mejoras de sí mismo para cultivar la influencia en otras personas o en un grupo de personas, bajo un determinado marco ético.
Por ejemplo, la empatía es la capacidad para identificar y entender las emociones de los demás para gestionar las propias. Esta habilidad es fundamental para lograr entendimiento mutuo e influencia bidireccional. Otro ejemplo puede ser contar con la herramienta de la comunicación asertiva, que consiste en expresar los sentimientos e ideas de manera directa, adecuada y oportuna. De esta manera, logramos establecer canales de comunicaciones con las personas en pro de canalizar las energías de manera virtuosa para construir una mejor situación.
Contar con herramientas para generar empatía y comunicación asertiva nos permite aumentar la influencia en otras personas o grupos y, en consecuencia, impulsar cambios en sí mismo y en el entorno. Cuando empezamos a cambiar la manera de percibir la realidad y la manera de comunicarnos, nuestra relación con las demás personas se transforma de manera positiva, se genera un círculo virtuoso positivo. De esta manera, se generan cambios fundamentales en nuestras vidas, llenándonos de bienestar y felicidad.
Por otra parte, cuando aspiramos transformar la realidad, somos demasiados pequeños para pretender hacerlo solo. La única manera de hacerlo es en equipo. En este sentido, para trabajar en equipo es clave contar con un elevado nivel de inteligencia emocional que permita crear un propósito compartido de grupo y que realmente genere desempeños asombrosos de manera consistente, creciente y sostenible.
Por último, un gran líder direcciona a su equipo para generar los cambios en su entorno, sin embargo, no se conforma con cambiar la realidad de manera puntual. No busca vanagloriarse con sus logros y hacer crecer su ego y/o los de su equipo. Al contrario, un gran líder tiene la humildad de sembrar para las siguientes generaciones y transformar seguidores en líderes.
Por Ing. Priscila Villanueva