¿Qué me motiva a irme del país?


Cada día que pasa es más frecuente escuchar a las personas decir: “Me quiero ir del país…”, “Ya no aguanto más, me quiero largar…” y así sucesivamente. Algunas veces todo queda en comentarios y nada más, pero hay otras personas que han logrado materializar la acción de mudarse a otro país.

En los últimos meses me he dedicado a preguntar: “¿Por qué te quieres ir del país?”, y recibo respuestas bastantes comunes, tales como: “inseguridad”, “problemas económicos”, “ideales políticos”, “escasez de alimentos“, etc. Todas son respuestas válidas y respetadas para cada persona. Lo interesante de esta experiencia es haberme dado cuenta que, en la mayoría de los casos, lo común de estas personas es que están viviendo un proceso de crisis en algún aspecto de su vida personal, tales como: familiar, pareja, trabajo, vida social, finanzas, etc.

Yo recomendaría a estas personas que trabajaran sus crisis o fuentes de insatisfacción con su Coach de confianza, antes de tomar una decisión tan importante como es migrar a otro país. Esto evitaría el efecto “Maleta de Problemas”, pues muchas veces creemos que al cambiar nuestro entorno se resolverán nuestros problemas, pero lo que ocurre es que los problemas los trasladamos con nosotros a esos nuevos entornos.

Definitivamente hay muchos aspectos de un país que están fuera de nuestro control y muchas veces no se mueven como a nosotros nos gustaría. Sin embargo, tenemos bajo nuestro control otros aspectos propios de nuestras vidas, tales como nuestras habilidades, competencias, valores, pensamientos e inclusive uno de los más importante, nuestra propia felicidad. Estos aspectos no dependen de uno u otro país.

Considero que la decisión de estar en determinado país  está directamente relacionada con nuestra estructura de valores, por ejemplo, personas que le dan gran valor a ostentar de sus bienes materiales les será muy difícil la vida en un país con altos niveles de robo. Por el contrario, una persona que valora su desarrollo espiritual no le daría mayor importancia a la tendencia de la economía del país. Con estos ejemplos quiero mostrar que antes de tomar una decisión de migración a otro país es conveniente identificar nuestros valores.  La mejor noticia en este punto es que tenemos la posibilidad de reconstruir nuestros valores con el acompañamiento de un  Coach.

Considero que es conveniente identificar la principal motivación para tomar la decisión de migración a otro país. En mi opinión, la motivación debe estar relacionada con el aprendizaje, sentido de aventura y búsqueda de nuevas experiencias, pero no debe estar relacionada con nuestros problemas personales, ya que estos están bajo nuestro locus de control interno y los podemos afrontar en cualquier parte del mundo, pues en cualquier parte donde estemos los problemas personales estarán con nosotros. 

Con relación a los problemas de un país recomiendo que la persona identifique con su Coach su posición existencial con relación a su entorno. En mi opinión, considero que estos problemas son cíclicos y relativos a cómo cada persona los valora, motivo por lo cual no lo consideraría como un factor principal de motivación para migrar a otro país, ya que donde sea que estén se conseguirán con otros problemas equivalentes.

Como ciudadanos del mundo tenemos la libertad de pensamiento y para la restructuración de nuestro valores para obtener la paz y felicidad que todos buscamos. El camino del éxito depende de las acciones tomadas por cada uno de nosotros y no del entorno en la cual vivimos. Busca la solución adentro de ti y no afuera en tu entorno, mientras peor este afuera nos conviene estar mejor adentro.


Por Ing. Andrés Villanueva

¿De qué depende mi felicidad?


La Real Academia Española define la palabra “felicidad” como “estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien”. Sí analizamos esta frase encontramos que la felicidad estaría relacionada con la posesión de un bien, es decir, dependería de un evento externo a nuestras vidas. Entonces, me pregunto: ¿Los monjes tibetanos, que se liberan de toda posesión material para dedicarse a desarrollar su estado espiritual, no son felices?

En realidad, existen cientos de explicaciones acerca de la felicidad según sean las diferentes teorías del conocimiento humano que la sustentan, sin embargo, las investigaciones modernas han arrojado resultados sorprendentes que apoyan la idea de que la felicidad es un fenómeno interno al ser humano y no a eventos externos.

Desde el punto de vista ontológico, dado que somos seres lingüísticos que tenemos la capacidad de transformar nuestras percepciones del mundo, podemos hacer reconstrucciones de la forma como vemos el mundo que nos rodea a través del lenguaje, puesto que todo depende de nosotros mismo y no del mundo externo. Entonces, la felicidad queda a nuestra merced y completa responsabilidad, sin importa en el mundo que vivamos.

Martin Seligman, el padre de la psicología positiva, plantea que la felicidad está relaciona con las competencias que nosotros desarrollamos y explotamos a diario. Concepto que propone que la felicidad viene de adentro de nosotros como decisión y no de afuera de nosotros.

Por otra parte, es importante destacar la diferencia entre emociones y felicidad. Las emociones son reacciones biológicas a eventos externos y la felicidad es un estado de ánimo que nosotros decidimos adoptar en función a cómo percibimos al mundo externo.

Las emociones básicas son: Miedo, Amor, Rabia, Tristeza y Alegría. La felicidad no excluye el sentir estas emociones, ya que son reacciones propias de nuestra estructura biológica y, en términos de estados de ánimos, está relacionada con  la manera que nosotros le damos significado o valor a los eventos externos.  En definitiva las emociones no las podemos controlar a diferencia de la felicidad que sí está bajo nuestro control.

Por lo general, cuando preguntamos a las personas ¿qué es felicidad para ti?, las respuestas son completamente diversas, como por ejemplo: paz, tranquilidad, estudiar, jugar, compartir, etc. Las respuestas que se reciben a esta pregunta muchas veces representan las carencias de la persona.  Si el Coach ayuda a desenfundar adecuadamente estas respuestas, juicios, se logran identificar las fuentes de insatisfacción de la persona y permite comenzar con un proceso de reconstrucción lingüística para el cambio transformacional de la persona.

Por Ing. Andrés Villanueva