Uno de los procesos más fascinantes de
la vida es tomar decisiones y, en muchos casos, ellas son tan significativas
que definen nuestro futuro. Hay situaciones que son difíciles para todo ser
humano, es cuando nos invade una sensación de incertidumbre que activa nuestros
miedos aprendidos y se desencadenan pensamientos que entran en contradicción
entre sí y provocan importantes conflictos internos.
A veces no sabemos para quién ni por qué tomamos ciertas
decisiones. Como seres humanos lingüísticos que somos tenemos una carga externa
importante que resulta de la interaccion social e influye en nuestros
pensamientos y toma de decisiones. Aquí está la razón de los conflictos de
nuestros pensamientos encontrados y la inconformidad con nosotros mismos. Es la
lucha entre el “Deber Ser” y el “Querer Ser”.
Nuestra historia y cultura occidental nos ha apremiado a
actuar como seres racionales y lógicos, desconectándonos de nuestras emociones
para buscar una verdad absoluta y objetiva. Sin embargo, la evolución de la
ciencia moderna, del entendimiento del ser humano, demuestran que somos seres
interpretativos y que la razón no está aislada de las emociones y el cuerpo. La
ontología de lenguaje propone que no hay verdades absolutas, inclusive para los
más fanáticos de la racionalidad, de hecho, la física cuántica derribó todas
teorías clásicas de nuestra racionalidad,.
¿Cómo tomo una decisión asertiva sin arrepentirme en el
futuro? La psicologia transaccional propone que busques en tu niño interior lo
que sientes, tus emociones y descubre tus deseos y lo que te gusta. Sueña tal
cual como lo hacías en tu infancia, sin miedo, en tu niño está lo que te gusta,
la fuerza y la felicidad. Cuando tengas las opciones planteadas invoca a tu
adulto racional y evalúa los riesgos, escenarios, plantea estrategias y
posibles resultados. Si aún tienes miedo, invoca a tu padre interno nutritivo
para que te apoye y asuma responsablemente las consecuencias de la decisión a
tomar.
Recuerda que las decisiones que tomes son para tu
felicidad, cuida esas voces internas del padre crítico que te puedan limitar,
cuidado con ese niño rebelde que tenemos adentro que nos hacen perder foco por
emociones inadecuadas y mantén a tu adulto interno informado de conocimiento
para que procese adecuadamente las situaciones.
Por Ing. Andres Villanueva